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Esta es la historia de una actriz porno que tuvo una aventura sexual con un empresario que fue elegido presidente, de un escritor que quería escribir, de un alcalde relacionado con  el narcotráfico al que no le gustó lo que sobre él contaban, de una jueza que ordenó el secuestro de un libro y de dos chinos de cuento.

Cuenta el cuento de los chinos que uno de ellos ganó 300 monedas de plata, que no sabía dónde esconder tal cantidad de dinero, que decidió enterrar su tesoro bajo tierra y que para no levantar sospechas escribió en la pared: Aquí no hay enterradas 300 monedas de plata. Cuenta el cuento que su vecino, más listo que el hambre, leyó la misteriosa y reveladora frase, que desenterró las monedas y que escribió en la pared: Tu vecino no ha robado las monedas de plata.

Cuentan las crónicas políticas que un empresario convertido en presidente pagó unas cuantas monedas de plata a una actriz porno por no desvelar que tuvo con él una aventura sexual. Cuentan que la actriz quiso anular ese acuerdo y que para ello tuvo que hacer públicos los detalles de la historia. Cuentan que el presidente que antes fue empresario reclama a la actriz 20 millones de monedas de plata y que para no levantar sospechas escribió en la pared: Lo que cuanta esta mujer es falso y además no se puede contar.

Cuentan que un contador de historias tenía desde niño enquistado en su cabeza el sueño de contar lo que fue y lo que es el narcotráfico gallego. Cuentan que publicó esa historia y que la llamó Fariña. Cuentan que a un alcalde gallego no le gusto que en ese libro lo relacionaran con una operación de descarga de cocaína. Cuentan que recurrió a la justicia en defensa de su honor y que una jueza ordenó el secuestro de la historia. Cuentan que aquel que fue encausado y que dice ser inocente escribió en la pared: Lo que dice este libro es mentira y además está prohibido leerlo.

 

(Publicado en los diarios del «Grupo Noticias» el 21 de marzo de 2018)